En busca del Santo Grial
E n el núcleo de la leyenda del rey Arturo está la búsqueda del Santo Grial, la copa en que bebió Jesús en la última cena y que supuestamente poseía milagrosos poderes curativos y regenerativos. Junto con la lanza usada por un soldado romano para herir el costado de Jesús crucificado, la copa fue dada a José de Arimatea, cuyos descendientes la trajeron a Inglaterra. Según la leyenda, uno de estos guardianes de las santas reliquias olvidó su voto sagrado y miró lascivamente a una mujer peregrina, por lo que la lanza cayó sobre él, provocándole una herida que no sanaría. Fue entonces cuando desapareció el Grial. Merlín envió un mensaje a Camelot, instruyendo a Arturo para iniciar la búsqueda de la copa perdida. Insinuó que pronto aparecería el caballero destinado a hallarla, Arturo y sus caballeros se reunieron en la mesa redonda en vísperas de la vigilia de Pentecostés, cuando un rayo y relámpagos anunciaron una visión del Santo Grial: estaba cubierto por una rica tela blanca mientras flotaba por el salón. Poco después, un anciano propuso a un candidato para el único lugar que en ese rnornento se encontraba desocupado de la mesa redonda: sir Galahad, hijo de Lancelot. Durante la búsqueda del Grial, los caballeros de la mesa redonda pasaron por muchas aventuras y rnuchas veces se les desafió a sacrificarse de modos que excedian sus posibilidades. Pero Lancelot fue finalmente rechazado por no poder olvidar su pasión prohibida hacia la reina Guinevere. Tal y como lo predijo Merlín, fue sir Galahad quien tuvo la fortuna de descubrir el Grial y tomar de él los sacramentos. Arrodillándose ante él, el joven caballero supo que había concluido la misión de su vida. Su alma fue llevada al cielo y su cuerpo yació muerto ante el altar. Dos años después de partir, los caballeros regresaron a Camelot para referir al rey su búsqueda y las aventuras que ocurrieron. La magia y la fantasía llenan de un color inconfundible la belleza de las legendarias aventuras. En otra versión de la historia, es sir Percival quien cumple la misión. Encuentra el vaso sagrado en el castillo de Monsalvat, en los Pirineos españoles, vigilado por Amfortas, rey de los caballeros del Santo Grial. Pero un hechicero ha herido a Arnfortas con la lanza de la crucifixión y el rey yace moribundo, rechazando los sacramentos de la Eucaristia debido a que sus pecados no han sido perdonados. Sólo cuando Percival cura la herida tocándola con la lanza, el Santo Grial aparece en el altar.
jueves, 3 de enero de 2008
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