ENIGMA RADIO

ENIGMA RADIO

LO QUE ESTAS ESCUCHANDO ES MI EMISORA DE RADIO ONLINE LA CUAL LA ENCONTRARAS EN ENIGMA RADIO

POKER STARS

VISITAS

LIBRO DE VISITAS

MIRA ESTE VIDEO

domingo, 31 de agosto de 2008

MOHICANOS Historia de la Raza Mohicana


Cuenta la tradición mohicana que sus ancestros llegaron del mar , muy lejos en el noroeste, en busca de una tierra similar a la que dejaron atrás, cruzada por ríos y cubierta por bosques frondosos. Tras una larga marcha hacia el este. Con el tiempo se dividieron en varios grupos, con lenguas diferentes. El más viejo de todos era conocido por el nombre de “Muh-he-con-ne-ok” –y con el tiempo, Mohicano-, asentado junto a un río que llamaban “Muh-he-kun-ne-tuk” (más tarde Río Hudson). Siglos antes de la llegada de los europeos, los mohicanos ya estaban organizados políticamente como una confederación que se extendía desde Scoharie Creek al oeste, el lago Champlain al norte (territorio en permante conflicto entre ingleses y franceses durante el siglo XVIII), los territorios de los actuales estados de Vermon y New Hampshir, y hasta la Isla de Manhattan, al sur. Su modo de vida estaba ligado a los bosques en los que vivían, en los que proliferaban robles, arces, abedules, olmos y, especialmente, abetos rojos. La pesca era muy abundante y no faltaba la caza de osos negros, ciervos, alces, nutrias, castores, visones, linces y pavos. Eran frecuentes los poblados cercanos a las márgenes de los ríos, facilitando así el abastecimiento de agua, el transporte y el comercio. Las viviendas (“wigwams”), en general de gran tamaño (a veces de hasta cien pies), eran rectangulares, con tejados inclinados, cubiertos con corteza de olmo. Cada una albergaba a varias familias del mismo clan y, aunque no tenían ventanas, cada cierta distancia, una obertura en el techo servía para la salida del humo del hogar de cada nucleo familiar. Las mujeres se encargaban de las pequeñas plantaciones y de la recolección de frutos, especialmente savia de arce con la que confecionar un jarabe muy dulce. Mientras, los hombres utilizaban sus canoas para la pesca de arenques y salmones, usando tanto arpones como redes. La carne de caza completaba una rica dieta y permitía un excedente que aliviaba los rigores del duro invierno. A tal fin, tras desecar frutos, carne y pescado, se almacenaban en bolsas,. junto al tabaco, en agujeros no muy profundos, abiertos en el suelo de las casas, cubiertos con hierba, tierra o madera. Durante los meses de invierno, el tiempo se aprovechaba en la confección de mantas, utensilios de caza, guerra u hogar, desarrollando, también una alfarería decorada con vistosos dibujos. Si la reserva de alimentos bajaba en demasía, los hombres salían de caza, desplazándose sobre la nieve, provistos de raquetas.

La irrupción de franceses, holandeses y británicos alteró drásticamente el equilibrio mantenido entre las tribus entre si y el de las tribus con su entorno natural. ´Las tensiones entre las diferentes naciones que convivían en la región se acentuó dramáticamente. En septiembre de 1609, Henry Hudson, comerciante holandés, entraba en contacto con los mohicanos tras llegar, a través del río en las tierras nativas. Ya en 1.614 existía un puesto comercial permanente, en Castle Island, a orillas del Río Hudson, en las que la piel de nutria y castor era la mercancía habitual de intercambio.

Conforme se extendía el comercio de pieles, la competencia por la caza entre Mohicanos, Mohawks e Iroqueses del Oeste devino en constantes enfrentamientos, con el fin de mantener sus territorios y mantener la paz con sus respectivos aliados europeos, quienes comenzaron a utilizar a los nativos como carne de cañón y fuerza de choque en sus propias contiendas. La presión de la guerra obligó finalmente a los mohicanos a un nuevo asentamiento, más al este, en territorio de los actuales estados de Connecticut y Massachusetts. La influencia europea (desde determinado momento, predominantemente británica) arrasó tamién con su modo de vida tradicional. La artesanía y la confección de útiles decayó, para acabar dependiendo definitivamente del suministro de los comerciantes blancos. La tierra, antes comunal, comenzó a ser parcelada y, a la postre terminó cambiando de manos (no siempre de modo pacífico). Al drama de la desaparición de toda una cultura, hubo que añadir el desastre humano que se cobraron en decenas de miles de víctimas las enfermedades trasmitidas por los europeos, como la viruela o el sarampión. Las tradiciones culturales, los mitos y las creencias religiosas fueron suplantadas por el cristianismo, presente en la región desde que, en 1.734, el misionero John Sargeant accedió a la región y comenzaran a construirse misiones antes de acabar esa década.

domingo, 17 de agosto de 2008

YUMBO TODA UNA CULTURA


El pueblo YUMBO, una cultura precolombina que habitó en el noroeste de Quito Ecuador, ha vuelto a resurgir después de 350 años, con la ayuda de científicos y autoridades dispuestas a desenterrar sus misterios escondidos.El arqueólogo ecuatoriano Holguer Jara, apasionado por esa cultura, lleva ya 30 años excavando varias zonas noroccidentales de Quito para desenterrar la "fascinante cultura" de este pueblo de comerciantes, sabios, astrólogos y dioses.


Jara ha instalado su puesto de mando en Tulipe, una pequeña población de campesinos, situada unos 70 kilómetros al noroeste de Quito, donde dirige un museo natural para estudiar las costumbres del pueblo Yumbo.
Piscinas en forma de cruzAntes de construir el museo, Jara encontró en ese sitio seis piscinas, dos rectangulares, dos semicirculares, una zoomorfa y una cuadrada. Las rectangulares y semicirculares están alineadas entre sí, de tal forma que, con algo de abstracción, sus bordes y vértices se entrelazan en figuras geométricas perfectas, que superpuestas crean una cruz cuadrada, común en varios pueblos de Sudamérica.En uno de los bordes de estas piscinas, cuyas paredes son de piedra, se sitúa una escalinata y en frente los conductos por los que recogían las aguas.El agua tampoco recorría directamente, sino por angostos canales con esquinas de 90 grados para que el líquido girara hacia la dirección de las piscinas.Junto a las rectangulares, hay otra piscina poligonal, que Jara interpreta como un felino agazapado, y que recibía el agua directamente desde otra alberca cuadrada, la única que puede llenarse del líquido.
Conocimiento de las estrellas
Jara no se explica qué importancia pudo tener esa formación para los yumbos y por qué se juntaron en ese sitio seis piscinas. Lo que sí tiene explicación para el arqueólogo es otra piscina construida a unos 700 metros de distancia, una circunferencia perfecta, a cuyo centro se puede llegar por un pasadizo elevado.El científico está seguro de que esa piscina redonda es realmente un gran espejo instalado en un centro astrológico destinado al conocimiento del cielo, las estrellas y de lo divino.Esa piscina esta delineada con cinco círculos de piedras, que representan la cosmovisión de la cultura aborigen pues, Jara supone que la circunferencia era para ellos la perfección.El hombre mismo era lo más perfecto de la realidad, aunque no tanto como Dios, que se representaba con el quinto anillo de la piscina, el más alejado del centro y por el que se "salía" del mundo sagrado al profano.Perfección y eternidadOtra de las razones que cautivan a Jara en su estudio de los yumbos son los petroglifos hallados cerca de Tulipe, con grabados en forma de círculos, espirales y líneas rectas. Por ello, Jara considera que esa cultura tenían la idea de que los círculos representaban la perfección y las espirales la eternidad, que son condiciones divinas.Esa comunidad aborigen, según los estudios del arqueólogo, trabajaba casi todo el tiempo en el transporte y comercio de productos de la sierra a la costa y viceversa. Por ello construyeron caminos estrechos, como trincheras o zanjas, de hasta ocho metros de profundidad, llamados "culuncos", que servían de vías exclusivas y rápidas para los caminantes, según se iba o venía de la costa a la sierra.Pero el estudio de esta cultura, olvidada por la historiografía tradicional, ha abierto a Jara y al Fondo de Salvamento del Municipio de Quito, un universo para la investigación arqueológica sobre las raíces e identidad de los pueblos antiguos de la zona.


El pueblo de los yumbos desapareció a mediados del siglo XVII debido a erupciones de volcanes vecinos, como el Pichincha y el Pululahua. Los que sobrevivieron a esas catástrofes tuvieron que remontar la cordillera y dirigirse a tierras seguras en la Amazonía, donde todavía existen asentamientos humanos de la cultura de los Yumbos, quienes sólo recuerdan que provienen "del otro lado" de las montañas

miércoles, 13 de agosto de 2008

El Clarion Cycling club de GLasgow


70 años después
El club Clarion de Glasgow ha rememorado estos días el viaje en bicicleta realizado por dos de sus socios, Ted Ward y Geoff Jackson, en mayo de 1938 para recaudar fondos para víctimas de la guerra. Lo hicieron movidos por la masacre de Gernika, adonde el Clarion volvió ayer.
Las raíces de esta historia se hunden hasta 1936. En verano de aquel año estaba prevista la celebración de los Juegos Olímpicos de los Trabajadores en Barcelona, una iniciativa deportiva para luchar contra el fascismo. Jack Taylor, uno de los integrantes del club ciclista Clarion de Glasgow, fue elegido para liderar un equipo de cinco personas. Desgraciadamente, los juegos nunca tuvieron lugar, ya que las tropas de Francisco Franco iniciaron su golpe de Estado justo el día en que estos ciclistas llegaron a Barcelona. Entonces, regresaron a Escocia, donde formaron parte de los Comités de Solidaridad con la III República.
En 1937, impactados por el bombardeo de Gernika, los ciclistas del Clarion decidieron hacer algo más. Uno de los artífices fue Jeffrey Jackson, quien al regresar a Glasgow ya había comenzado a elaborar la idea de hacer un viaje para ayudar a las víctimas de la guerra. Para ello se pusieron en contacto con ayuntamientos, asociaciones o sindicatos en cada pueblo y ciudad de Escocia o Inglaterra por donde tenían previsto pasar.
Así fue como en 1938 el propio Jackson y Ted Ward, ambos miembros de la sección Kinning Park Glasgow del Clarion Club, iniciaron su trayecto, esperando recolectar unas setenta libras para la causa. Lograrían 300 libras de aquellos tiempos, una buena cantidad que se empleó para comprar productos para las mujeres y niños desvalidos por la guerra.
Setenta años después, los actuales miembros del club escocés homenajearon ayer en Gernika a los protagonistas de aquella gesta de solidaridad deportiva. Los ciclistas llegaron a Santurtzi a las 8.00 en ferry y desde allí pedalearon hasta Gernika, donde fueron recibidos en el Ayuntamiento de la localidad y entregaron un mensaje de solidaridad del alcalde de Glasgow. Antes habían cruzado Escocia e Inglaterra, desde su ciudad hasta Southampton, como hicieron también los solidarios de 1938. Y hoy pondrán rumbo a Barcelona, donde esperan llegar el día 16. Está previsto incluso un homenaje en el castillo de Montjuic.
Maite Paul de Otxotorena lleva muchos años viviendo en la isla en que se gestó esta iniciativa solidaria y ha participado en la organización de esta celebración. Explicó a GARA numerosas anécdotas de aquel viaje de 1938 y de los lazos que se crearon entre familias obreras británicas y vascas. «El pueblo galés había recibido a miles de niños vascos que aún siguen viviendo en ciudades inglesas como Carleon o Newport. Aquí, por ejemplo, existe la asociación de niños del 37 y en esta ciudad también reside el nieto del capitán del barco La Habana, que zarpó desde Bilbaó a Southampton, de nombre Luis. En este mismo barco también viajaron 4.000 niños y niñas más en un viaje que pretendía ser solo para tres meses, pero al final resultó ser para toda la vida».
También en Gales
El Clarion de Glasgow es un club relacionado con los movimientos obreros. No fue el único solidario con las víctimas de los bombardeos franquistas. También los mineros galeses hicieron lo suyo, explica Maite de Paul. «Con una iniciativa que rezaba one penny a day (un penique al día), ayudaban a aquellos niños; todo su esfuerzo iba destinado a que pudieran sobrevivir».
Uno de los personajes carismáticos del Clarion fue Roy Watts. Trabajaba como vendedor de muebles, primero en Portsmouth y luego en Leicester. Como miembro del Partido Comunista y del Sindicato de Dependientes, daba discursos. Murió tras ser herido el 25 de septiembre del 1938, por un avión franquista en la batalla del Ebro. Sólo tenía 23 años. «Me siento feliz y orgulloso poniéndome al servicio de los trabajadores españoles en su lucha heróica contra las bestialidades del fascismo», escribió antes de morir.
70 años después, quienes han recogido el testigo de aquella pequeña epopeya solidaria recibieron el agradecimiento de los vecinos de Gernika. Al llegar explicaron que en las primeras etapas debieron enfrentarse a la lluvia y el mal tiempo, «pero el calor humano y el cariño que estamos recibiendo aquí hacen que se note mucho menos. La experiencia está siendo increíble».